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El gato sagrado para los Egipcios
Todos conocemos la veneración y adoración de los gatos por parte de los egipcios, de hecho, fueron los primeros en domesticar a felinos. Pero, ¿por qué no con otro animal? Hoy te contamos el origen de este culto y más curiosidad por el antiguo Egipto y los gatos.
Por temas religiosos, los gatos son una parte muy importante de la cultura egipcia antigua, porque los gatos pertenecen a la misma familia animal que los leones (el dios sol egipcio Ra). Los ojos del león reflejaban la luz del sol, luchando contra la oscuridad. Por tanto, los gatos se convierten en uno de los animales más sagrados de esta cultura, y existen réplicas en templos y pirámides para proteger a los dioses.
La primera ofrenda del gato tuvo lugar sobre la cabeza de la diosa Bastet, símbolo de fertilidad y belleza. La diosa simboliza la luz, el calor y la energía solar, pero por las características de su gato representa el misterio, la noche y la luna. Además, se cree que ayuda a la reproducción de humanos y animales, cura enfermedades y protege las almas de los muertos.
En ese momento, este gato no podía ser propiedad de nadie, solo el faraón tenía el privilegio de poseer y domesticar a esta criatura sagrada. También existe una ley que prohíbe la venta, crueldad o matanza de estos animales. El castigo para quien se atreva a matar a un gato es también una sentencia de muerte.
El faraón también consideró otros animales sagrados como serpientes, vacas y peces, pero los gatos siguen siendo los animales más sagrados.